Las buenas prácticas en lo que a orden, higiene y limpieza respecta siempre han debido estar presentes en las diferentes formas en las que una industria afronta su actividad habitual.
Aunque en un principio nos pueda parecer que este tipo de factores vayan a tener más importancia en cierta clase de industrias, como podrían ser la agroalimentaria o la farmacéutica, no es menos relevante su papel en otros entornos productivos, haciendo de la higiene una característica clave para toda fábrica que pretenda ser competitiva.
A raíz de este asunto ya hemos hablado con anterioridad de conceptos relacionados con la filosofía Lean Manufacturing, como son el de Housekeeping y el de las 5S. Con ellos queda demostrado más que de sobra que mantener ciertos hábitos de orden y limpieza en torno a la producción industrial trae consigo beneficios relacionados con una mayor calidad del producto, más eficiencia en el trabajo, y mayor prevención de riesgos para los equipos humanos, por mencionar los más reseñables.
De aquí en adelante entraremos a fondo en los fundamentos de la higiene industrial, así como en las características esenciales de su mantenimiento en el caso de que exista un riesgo por contagio.
Según la definición que se plantea en la Enciclopedia de salud y seguridad en el trabajo, editada por la OIT (Organización Internacional del Trabajo):
La higiene industrial es la ciencia de la anticipación, la identificación, la evaluación y el control de los riesgos que se originan en el lugar de trabajo o en relación con él y que pueden poner en peligro la salud y el bienestar de los trabajadores, teniendo también en cuenta su posible repercusión en las comunidades vecinas y en el medio ambiente en general.
Como podemos comprobar, en esta descripción se hace especial hincapié en todo lo relacionado con la buena salud y el bienestar de los trabajadores y de todo su entorno. Por tanto, se trata de un aspecto de tal importancia que hasta ha dado lugar a la creación de organismos de referencia para su impulso y promoción, como es el caso de la Asociación Española de Higiene Industrial.
La higiene industrial se fundamenta sobre 3 etapas básicas:
- Identificación de posibles peligros para la salud en el entorno laboral.
- Evaluación de los peligros que hemos identificado. Con ello sabremos el verdadero riesgo para la salud que estos suponen.
- Prevención y control de riesgos. Una vez que sabemos con certeza cuáles son los principales agentes de riesgo, así como su relevancia, tomaremos las medidas oportunas para eliminarlos o reducirlos hasta niveles que sean asumibles.
Ejemplo de auditoría digital de higiene industrial
En casos en los que el riesgo laboral por contagio de algún agente patógeno sea alto, como es el caso de la situación sanitaria en la que está inmersa toda la sociedad actualmente, habrá que prestar especial atención a ciertas rutinas que eviten al máximo la propagación de la enfermedad.
Para ayudar a empresas y trabajadores a ser lo más precavidos posible, el Ministerio de Sanidad, junto con el Ministerio de Trabajo y Economía Social y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, ha publicado recientemente unas directrices de buenas prácticas en el sector industrial para la prevención de contagios.
Dentro de este documento nos encontramos con recomendaciones sobre cómo actuar antes de acudir a nuestro puesto de trabajo, sobre el desplazamiento al mismo y sobre cómo actuar una vez estemos trabajando. Como es natural, son estas últimas las que ocupan el grueso de la publicación.
Respecto a las medidas que hacen referencia a la organización del trabajo, podemos destacar:
- Comunicación y formación en lo referente a la detección de síntomas o a haber tenido contacto con personas enfermas, los riesgos de la enfermedad y medidas de protección y prevención que se toman al respecto.
- Delimitar zonas de forma que se evite al máximo el cruce de personas, sobre todo en lugares especialmente delicados, como las entradas y salidas.
- Evitar los sistemas de fichaje mediante huella dactilar.
- Apostar por el teletrabajo para los operarios que puedan realizarlo.
- Establecer turnos para evitar altas concentraciones de personas en el recinto.
- Organizar las tareas de manera que se asegure en cada momento la distancia mínima de seguridad.
- Señalizar claramente el sentido de la marcha dentro de la fábrica para reducir el contacto por flujo de personal.
- Usar las zonas comunes por turnos (comedor, vestuario, etc.).
En cuanto a higiene en sí, se recogen recomendaciones como:
- Ejercer acciones de limpieza y desinfección entre los turnos previamente establecidos.
- En los casos en los que no se pueda mantener la distancia, colocar elementos, como mamparas, que permitan un mayor aislamiento del trabajador, sin que ello obstaculice su forma de trabajo.
- Reducir a estrictamente lo necesario el contacto con personal externo, como pueden ser los proveedores de materias primas.
- Ventilar la instalación periódicamente.
- Reforzar la limpieza en zonas en las que haya contacto habitual, como pomos, pasamanos, interruptores, etc.
- Usar herramientas y equipos individuales. En caso de compartirse, desinfectar entre usos.
- Proveer de equipos de protección y material como jabón, gel hidroalcohólico, pañuelos desechables, etc.
¿Cómo ayudan las auditorías?
Tener un completo control y vigilancia de todas estas variables que afectan a la salud en el trabajo hace necesaria la planificación de auditorías internas. Estas son aún mucho más eficientes si van acompañadas de las herramientas tecnológicas oportunas.
Por este motivo hemos dado forma a una solución que, en primer lugar, permite planificar las auditorías determinando las diferentes zonas a analizar, así como sus responsables y fechas; asimismo, una vez llegado el día planificado, permite ejecutar la auditoría minuciosamente y con total imparcialidad; y por último, aporta los mecanismos necesarios para analizar los resultados y facilitar la ejecución y el control de las acciones correctivas necesarias para la mejora.
Además, para fomentar la participación en la vigilancia continua de la seguridad e higiene en el trabajo, se le ha añadido una capa de gamificación al proceso, de manera que los trabajadores se vean en cierto modo recompensados por su colaboración, una motivación extra a la del mantenimiento de su seguridad y salud.
Es evidente que las empresas necesitan hoy en día reforzar las medidas para la protección de sus trabajadores, una situación que exige un mayor control de las mismas, lo cual podemos conseguir gracias a soluciones tecnológicas como la que planteamos desde Sixphere.
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