De esta difícil situación podemos sacar algo positivo. Y es que estamos ante un punto de inflexión y una oportunidad única para dar el impulso necesario para, en un futuro a medio plazo, conseguir una industria nacional 100% digitalizada. Para ello, debemos definir un nuevo enfoque político. Algo que debe implicar a toda la sociedad española. ¿Cómo debe ser éste, según los expertos del Real Instituto Elcano? Echemos un vistazo.

No hay rincón de la sociedad que se haya librado de los efectos de la crisis sanitaria. La industria es uno de ellos. A raíz de este contexto, desde el Real Instituto Elcano han realizado una publicación en la que analizan a fondo esta situación y proponen una reforma en la política industrial española. ¿Le echamos un vistazo a esta propuesta?

Básicamente, podemos desglosar esta nueva política industrial en 3 partes bien diferenciadas: objetivos marcados, instrumentos para alcanzarlos y estrategias eficaces para su consecución. Sigue avanzando en este artículo y te describimos los principales aspectos de cada una de ellas.

La principal meta sigue siendo la misma que antes de la actual coyuntura: la transformación digital y el alcance de la ya conocida Industria 4.0, con sus fábricas inteligentes. Una evolución necesaria para aumentar la competitividad y la sostenibilidad en el tiempo del sector industrial español.

Aunque el objetivo siga siendo el mismo, es cierto que han cambiado las condiciones y las reglas del juego. De ahí la propuesta del Real Instituto Elcano. Según éste, en el futuro, la industria española:

• Contribuirá al 20% del PIB nacional en 2030.
• En 2030, también habrá alcanzado por completo su transformación digital (100% de los procesos de la Administración Pública y el 80% de las pymes españolas digitalizadas).
• Para 2050, su política energética habrá cambiado totalmente, basándose en fuentes limpias, con una descarbonización total.
• Estará integrada en el entorno industrial europeo y mundial. Especialmente en aspectos relacionados con I+D+i.
• Se asegurarán las vías para su financiación, tanto por parte de organismos públicos como privados. Una financiación centrada en proyectos para el interés social y empresarial.
• El crecimiento del valor añadido se basará en gran parte a la formación en nuevas tecnologías, creando profesionales realmente especializados.
• Ciencia y tecnología serán pilares básicos de la nueva industria.
• Para 2040, tiene que automatizarse el 80% de los procesos industriales. Además, estos funcionarán con energías renovables.
• Para 2030, el 30% de los investigadores serán extranjeros captados por un sistema de innovación puntero.

El informe destaca que la consecución de estas metas necesita, sí o sí, el apoyo e impulso de las tecnologías disruptivas, como las de manufactura avanzada, Big Data e Internet de las Cosas, entre muchas otras. 

Alcanzar estos ambiciosos objetivos exige de la toma de acciones claras y efectivas. Todas ellas basadas en un nuevo modelo de gobernanza. Éste debe contemplar a todos los actores del sector: empresas, centros educativos, de investigación y tecnológicos, así como a las entidades públicas.

Además, para que la transferencia tecnológica vaya un paso más allá, se necesita de la interconexión estratégica con otros sectores industriales de todo el mundo.

Una interconexión que nos obligará a cambiar conceptos importantes. Tendremos que dejar de hablar de subsectores (como aeronáutica, alimentario, automoción…) para empezar a centrarnos en clústeres empresariales en torno a una misma cadena de valor. De esta forma, las empresas sacarán provecho más eficazmente de la transferencia de tecnologías entre ellas.

En este sentido, también se remarca la importancia de generar valor añadido por parte de las empresas. Ya que así crean realmente riqueza. Para ello, necesitaremos de un entorno fuerte en I+D+i.

A modo de resumen, estos instrumentos vienen definidos por:

• Tecnologías disruptivas.
• Conexión y digitalización.
• Aporte real de valor en la cadena de suministro.
• Colaboración de universidades y otros centros de formación tecnológica.
• Incremento de las inversiones públicas y privadas.
• Fijar medidas para que se asegure el cumplimiento de las acciones necesarias.
• Participación en programas comunitarios de I+D+i.

La visión estratégica es fundamental para alcanzar las metas fijadas con los instrumentos necesarios. Por ello, desde el Real Instituto Elcano, propone al Ministerio de Industria, Comercio y turismo (MINERCO):

• Crear un encuentro a nivel nacional por la industria.
• La firma de un pacto nacional por la nueva industria. A partir de éste, surgirá una estrategia que contenga una hoja de ruta, plazos, responsables, modelos de gobernanza, vías de financiación, criterios y prioridades de inversiones.
• Articular un foro público-privado por la gobernanza.
• Elaborar una ley que se adapte a este nuevo modelo de la industria y a todos los instrumentos para su transformación.

No cabe duda de que la industria española del futuro pasa por consolidar las características de la Industria 4.0. Es por ello que desde Sixphere tenemos claro nuestro papel en este proceso.

Con nuestro trabajo contribuimos diariamente a fomentar el desarrollo de tecnologías disruptivas. Estas, con su implementación, van dando forma a un entorno productivo más cercano a la industria que queremos alcanzar.

Por supuesto, no tenemos intención de detenernos, proponiendo constantemente nuevas soluciones a los problemas de las plantas de producción y su cadena de suministro. Tanto desde el punto de vista de la gestión de operaciones, como de la salud de todas las personas que trabajan en ellas.

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