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5 verdades (pero que muy) verdaderas sobre la IA

No hace falta repetir el mantra de que la IA está en todas partes. De hecho henos aquí, escribiendo sobre ella (o a lo mejor es ella misma autobiografiándose, quién sabe). El caso es que tampoco tenemos por qué tomárnosla tan en serio…
IA | Machine Learning

Ahí van cinco curiosidades que quizás nos ayuden a ver la IA con ojos más amables.

1. La IA compra muchos boletos para la lotería…

… y por eso acierta tanto. Aunque parezca “tela de” lista, una IA generativa no «sabe» cosas. Sus peroratas no son el resultado de un proceso de reflexión admirando el atardecer. Lo que sí sabe hacer muy bien es predecir cuál es la siguiente palabra más probable.

Eso sí, cuando acierta, lo hace con mucho estilo, muy educada y certeramente. Como ese amigo que no estudió pero clavó el examen (spoiler: sí que estudió, y mucho).

2. Los modelos de IA son auténticos mastodontes.

Si nos fijamos por ejemplo en el archifamoso modelo GPT-4 que utiliza nuestro querido ChatGPT (que podría asimilarse como el Harry Styles de los asistentes IA), posee la nada desdeñable cifra de miles de millones de parámetros (imagina mantenerlos en el fichero .env de un proyecto Laravel…).

¿Y cuánto ocupa eso? Pues piensa lo que supondría guardar todos los libros de una biblioteca nacional entera más todos los memes existentes impresos en A3. Se necesitarían varias nubes. Pero de las de verdad, cirrocúmulos o cirrostratos, vete a saber.

3. Sí, hay IA capaz de crear IA. Asúmelo, es un hecho.

En estos momentos hay modelos de IA que están machacándose en el gimnasio o en las pistas de atletismo de tu barrio para superarse a sí mismos de manera constante. Y no se cansan.

Modelos que generan datos sintéticos para su propio entrenamiento (el colmo de la autosuficiencia, si me preguntan); algoritmos que mejoran otros algoritmos (¡se ayudan!)… Vamos, que eso tan manido de Skynet no era tan exagerado.

Sintético Pérez entrenando duro

4. Te escucha más que tu amigo a las 3 de la mañana.

Algunos modelos de IA son capaces de estimar o detectar emociones con solo interpretar unas poquitas líneas de texto. Suena muy frío, y no sé si llamarlo inteligencia emocional, pero las cosas son como son.

Así que sí, querido, eso tan «gracioso» que escribiste en el grupo del trabajo a las 3 de la tarde y de lo que nadie se rio (al menos de forma sincera)… te afectó. Y la IA lo sabe.

5. Las IA no tienen ética. Pero nosotros, sí.

No es deseo de esta entrada insultar ni desprestigiar, pero alguna carencia debía tener. Una IA no distingue lo que “está bien” de lo que “está mal”, básicamente responde a patrones. Aunque bueno, dicho esto, ya surgen dudas…

Por eso, más que nunca, necesitamos pensamiento crítico, criterio humano y responsabilidad al usarla. En eso no hay modelo que nos sustituya.

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